Consecuencias de procrastinar

Sin embargo, incluso aunque cumplamos con nuestras responsabilidades, las consecuencias de procrastinar suelen experimentarse como desagradables para quien lo hace: a medida que pasa el tiempo, aumenta el nivel de estrés con respecto a la tarea que estábamos evitando, acabamos trabajando a contrarreloj, y suelen aparecer emociones como la culpa o la vergüenza por haber perdido el tiempo.

Volviendo al ejemplo de la llamada, el hecho de procrastinar no hace más que empeorar el problema, puesto que cuanto más tiempo dejo pasar, más urgencia tendré por realizar la llamada, y mayor será mi sensación de agobio o de ansiedad.

Otra posible consecuencia de procrastinar es que nuestro desempeño en la tarea acaba siendo peor que si lo hubiésemos hecho a su debido tiempo. Al haber alargado tanto el comienzo de lo que teníamos que hacer, cuando finalmente nos ponemos a realizar la actividad es probable que lo hagamos con prisa, bajo mayor presión, con más estrés... Es lógico pensar que, bajo estas circunstancias, los resultados suelen verse afectados negativamente.

Además, otra consecuencia de procrastinar que pasa más desapercibida es que incluso cuando nos distraemos con actividades agradables, no son realmente placenteras cuando se dan bajo estas circunstancias.

Incluso cuando procrastinamos haciendo alguna actividad que nos resulta entretenida (mirar las redes sociales, ver una serie) lo que ocurre es que una actividad de ocio está ocurriendo en un momento que no estaba reservado al ocio (sino al estudio, trabajo, responsabilidades, etc).

Acabamos haciendo actividades que tampoco disfrutamos, aunque nos gusten, ya que sigue apareciendo el estrés por aquello que tenemos que hacer. Realmente, aunque la actividad fuese placentera, no es un momento de ocio de calidad y el disfrute es limitado, ya que de fondo suele estar el sentimiento de culpa al ser conscientes de que deberíamos estar haciendo otra cosa.

Esto implica que le quitamos tiempo a hobbies, al ocio o al descanso y no lo aprovechamos debidamente.